La reconocida agrupación de poesía en vivo intentó una vez más seducir al público de Estación Esperanza. Y fracasó nuevamente. Crónica de un espectáculo que poco interesaría reseñar si no me pagaran 12 libras por palabra.
De Rick Moranis – Especial para el New Yorker – Tantos bostezos emitidos por la audiencia del recital EJE DEL MAL + OLGAZUBARRY en Estación Esperanza ha generado un fenómeno que los científicos de la GUR clasificaron como “extracción del aire masiva”, lo que llevó a olvidar a este cronista de la mayor parte del show que brindaron los poetas Francisco Marzioni y Alejandro Menardi, previamente a que la agrupación de rock experimental Olga Zubarry reavive a un centenar de espectadores dormidos por la soporífera lectura del vacío repertorio poético.
***** ATENCIÓN: LOS SIGUIENTES PÁRRAFOS FUERON INTERVENIDOS POR EL EDITOR EN JEFE DE DIARIO DEL EJE. *****
Reconociendo un breve canon en los contemporáneos, y renegando a grito limpio del resto de la literatura argentina, El Eje del Mal asumió su rol de entreteneur para una audiencia deseosa de innovación y vanguardia. Como teloneros del show de la eximia agrupación Olga Zubarry, se llevaron la parte más dura del evento: oficiar de pelotudos hasta que llegue la gente. Y eso lo cumplieron al pie de la letra.
Con la invalorable presencia del baterista invitado Luis Meimberg, el Eje del Mal volvió a capturar las buenas vibrar circundantes por Barrio Fátimo y las concentró en una lectura rebelde, con estéreos y bemoles disminuídos. Bajo la atenta mirada de un público absorto, pasaron nuevas piezas de Marzioni, mientras Menardi optó por la tendencia que numerosos músicos rafaelinos emprendieron recientemente: uso y abuso de los covers: William Carlos Williams, Jim Morrison, Fabián Casas y hasta él mismo fueron los homenajeados por la cavernosa voz de Menardi. Marzioni prefirió hacer algunos estrenos, donde homenajeó al gremio de los metaleros, aquellos trabajadores del rock & roll que con su fuerza laboral han construído un sólido andamiaje que sostiene al heavymetal. También leyó un poema sobre lo innombrable, que el pùblico respectuosamente escuchó y aplaudió cálidamente.
Y así comenzó ese momento que tanto le gusta a la audiencia, que es cuando termina el asunto. Armando de una guitarra eléctrica Fain Stratocaster, cortesía del maravilloso y vaughaniano Federico, Marzioni comenzó a derrochar suculentas notas graves que compusieron al melodía de una zapada a coro con nuestro repiqueteante baterista invitado, y juntos formaron el colchón de ruido blanco necesario para que Menardi, como el ruido de un coche motor, lea un delicioso poema lisérgico que finalizó el teloneo.
Las chicas, los aplausos y las bebidas abrazaron nuevamente a este dúo de poesía que puso fin al recital, dando paso a la rockerísima y aplaudida banda y número central Olga Zubarry. El Eje del Mal se quedó correteando por la zona, adhiriéndose a cada invitación a parrandear y festejando que lo más importante, es la poesía.
***** ATENCIÓN: HASTA AQUÍ SE HIZO EFECTIVA LA INTERVENCIÓN DEL EDITOR EN JEFE DE “DIARIO DEL EJE”. *****
Y de este modo, otra tediosa noche para la cultura rafaelina se esfumó entre los ronquidos de una audiencia deseosa de un despertar. Pero Olga Zubarry no es un grupo de hechiceros, sino de simples músicos, que no lograron despejar la nube de tedio que este dueto dejó en el corazón de barrio Fátima.
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4 comentarios:
hii i am inglish womann
antes miraba a la hermana bernarda
ahora los escucho a ustedes
chicos, basta de wcw, leamos Lorca
o algo más jugado. vamos por rilke algo más evangélico, sino vamos a reeditar la poesía porteña de los 90 en la santa fe de los 2010Abrazo!!!, el 6 pizamos remolachas en el escenario!!
Vade retro Lorca!! viva la intertextualidad y el pastiche!!
Abelardo Castillo says: "Uno teoriza como quiere y escribe como puede"
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