El dúo de poesía se presentó a sala llena y cervezas agotadas en la barra. Marzioni conmovió con su rock pop suave de contenido, Menardi rompió la barrera del sonido e hizo enojar a la GUR. Crónica de una pelotudez anunciada.
Por Cassius Buenaventura
Enviado Especial de DIARIO DEL EJE a Estación Esperanza.
Un espectáculo del Eje del mal siempre es una sorpresa. No porque reunir a dos grandes popes de la nueva poesía rafaelina en el mismo escenario sea algo dificultoso, sino porque lograr que un sábado a la noche Francisco Marzioni y Alejandro Menardi estén sobrios antes de las 12 de la noche puede ser tarea ciclópea.
Y así lo lograron las marquesinas de Festi Poet 03, el festival que tiene nombre de desodorante y reúne a una generación que podría enmarcarse como la joven poesía piamontesa.
Se trata de jóvenes poetas que pertenecen a Rafaela y la región, zona signada por piamonteses, lombardos y masones, entre los cuales se reúnen bajo el mote de cultura piamontesa, ente antropológico que merecerá estudios posteriores a este artículo para el DIARIO DEL EJE.
De la fiesta participaron también numerosos amigos foráneos del Eje del Mal, entre los que se destacan aquellos que la débil y golpeada memoria del cronista puede recordar al momento de escribir este artículo: Esteban, el poeta emo de Buenos Aires, Pablo Morales+Gustavo Valsagnia, en sobrios y exquisitos covers de Spinetta, Lachicaesa+Schezerezada, que amenizaron la velada con postres y flores en verso, el tecno-sucundún de India Oeste, un hipnótico DJ Buenmozo que le puso mantras a la noche, y la flotadura pop del cantante de Limpiaisla que no me acuerdo cómo se llama.
El maestro de ceremonias, el Señor de los Lentes, hizo breves y agudos comentarios sobre aquellos que pasaron por la pasarela costumbrista del centroculturalysocial de barrio Fátima. Así, al comienzo presidió la sabia mano de Ángel Balzarino, verdadero jefe de redacción de los escritores rafaelinos, que dio cátedra leyendo su cuento llamado “Centro de ayuda al suicida”.
El honor de tener al Angel presidiendo la muestra, y a su consorte Margarita, la francesa, ha halagado a más de un joven escritor, que luego de la lectura del maestro, honró con aplausos estridentes. De ese modo y puedo decir al estilo de mi colega Marilú: la platea, emocionada, aplaudió de pie.
Así, luego del delicado show de Lachicaesa+Schezerezada, donde revelaron la tímida hojarasca de sus versos, Esteban con su ya clásico poemario de la embarazada recorrió las espinas dorsales de la urbanidad y el dosmilochismo ese movimiento literario que habla precisamente del 2008. Pablo+Gustavo pelaron la viola y el bajo y se mandaron medio disco Pelusón of Milk y el tema de difusión del último disco, probando que el que sabe, sabe y el que no, es Pity.
Entonces fue cuando EL EJE DEL MAL hizo su aparición. Con el auspicio de la Escuela Escandinava de Poesía, el dúo de poetas disparó su habitual verborragia hacia un público que, cual un blanco a al espera de su flecha, recibió el hondazo de los versos compuestos en el corazón de barrio 30 de Octubre. Luego de una intro donde se inyectó una dosis de Corticoides, el poema de rigor de las nostálgicas tribus ricoteras, a cargo de Marzioni, Menardi se despachó a sí mismo el nuevo material de su factura, que le voló la peluca a DJ Buenmozo, quien, alocado, disparó en busca de sus bandejas perdidas.
Luego de algunas piezas de la nueva serie del Eje del Mal Mariconcitos –pronto a la venta en la Menardi BROS Store- llegó el final arrollador: entre gallos y medianoche, Alejandro leyó y conmovió a la plateaemocionadaqueapludiódepie con su Setentista, la obra que le valió una beca en la Escuela Escandinava de Poesía, la institución madre de este irreverente dueto disparatado. Aplausos y besos de groupies detrás de bambalinas fue el cierre del show que nuestros amigos brindaron el sábado por la noche.
Entonces DJ Buenmozo puso la frecuencia modulada y leyó sus versos surrealistas, mientras M&M (Menardi y Marzioni, por cierto) hablaban fuerte y brindaban a lo loco. India oeste prendió el ventilador y todo se volvió flash, y al ritmo del disco pub terminó una velada que pocos recordarán, en especial porque el servicio de barra inclaudicable de los amigos de Estación Esperanza –corazón del Festi Poet- atiborró nuestros sentidos de fantasías en las que todavía este cronista se encuentra inmerso. Esto fue el informe de Cassius Buenaventura, para el DIARIO DEL EJE. Muenax Nochexpiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii tuc.
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